martes, 14 de marzo de 2017

PARQUE NACIONAL DE MONFRAGÜE (III)



VALORES CULTURALES

Monfragüe está rodeado de una gran superficie adehesada que además de servir de "despensa" nuestra fauna también es y ha sido durante años la despensa para la población de los catorce municipios integrados en la zona de influencia socioeconómica la dehesa es el ecosistema creado por el hombre, donde éste ha intervenido quitando el matorral y dejando extensas superficies de encinas y alcornoques para su aprovechamiento agrícola y ganadero.
Estas dehesas son la verdadera razón de ser del Parque Nacional de Monfragüe. Ligados a estos aprovechamientos surgen los pueblos de la reserva de la biosfera de Monfragüe: casas de Millán, casas de miravete, casa tejada, deleitosa, higuera, jaraicejo, malpartida de Plasencia, mirabel, romangordo, saucedilla serradilla, serrejon, toril y torrejón el rubio. También en los pueblos aparecen rutas que nos permiten disfrutar de una naturaleza singular.

EL CASTILLO. LA HISTORIA MAS VISIBLE
En las rutas que se proponen en la zona de uso público del parque hay una serie de restos arqueológicos que se pueden ver. Queremos destacar el castillo de Monfragüe incluido en la ruta roja y accesible para todas las personas que se animen a subir sus 134 escaleras. Las impresionantes vistas desde lo alto son la recompensa.
El castillo de Monfragüe se encuentra situado al oeste de la sierra de las corchuelas, a 465 m de altura. El poblamiento de este cerro se da bastante antes de la llegada de los romanos, las pinturas que se encuentran por debajo, en la cara sur, así lo corroboran. Además, también aparecen restos de murallas con muros ciclópeos (con grandes piedras) que son comunes en la época prerromana.
De la etapa romana tan sólo han aparecido algunos fragmentos de tégulas (tejas), pero los restos encontrados en el cercano Cerro Gimio constatan la ocupación del castillo en estos siglos.


Estas construcciones que dejaron los primeros pobladores fueron aprovechadas por los musulmanes a su llegada, instalando aquí su fortificación de vigilancia y defensa durante la ocupación de la comarca. Pero de su estancia apenas han llegado restos visibles: las numerosas remodelaciones a manos de los cristianos destruyeron la fortaleza que, según las crónicas, tenía dos líneas de murallas y cinco torres almenadas. A finales del siglo XII el dominio del castillo pasó a manos de los cristianos, pero antes se dieron unos rifirrafes entre los almohades y las órdenes militares cristianas que hicieron que éste fuese el momento de mayor auge del castillo.
Las torres que podemos ver hoy en el castillo son los restos de las remodelaciones que llevaron a cabo los cristianos. La torre circular es lo que queda de la restauración de la fortaleza que hicieron los hombres de la Orden de Montegaudio entre los años 1180 y 1196. Podemos observar restos de sus muros de mampostería realizados en cuarcita. La torre pentagonal, igualmente de cuarcita, corresponde al siglo XV. Reforzada en sus esquinales con ladrillo rojo, presenta un arco de herradura apuntado en su entrada y una bóveda, igualmente de ladrillo, de cañón apuntada. Esta torre se hizo con carácter de vigilancia más que de defensa, así se controlaría el paso del ganado trashumante y se podría ejercer el cobro de impuestos de paso que denotaría algún derecho de portazgo.
El castillo siguió ocupado a partir del siglo XV por familias nobles. En la guerra de la Independencia sufrió importantes destrozos y tras ésta, se abandonó casi por completo. Aunque se ha constatado su ocupación esporádica en la segunda mitad del siglo XIX, el hallazgo de un par de monedas de esta época en los sustratos superiores de la torre redonda lo confirman.
En la actualidad el castillo es utilizado por los numerosos visitantes del Parque. Las panorámicas que se pueden disfrutar desde lo alto de la torre pentagonal hacen de él un lugar de obligada visita.
GASTRONOMIA
La oferta gastronómica de Monfragüe es amplia y variada, basada principalmente en productos y platos tradicionales de la comarca. Su denominador común lo encontramos en la cocina pastoril y de la dehesa, junto a la de la caza.


En la mayor parte de las localidades es fácil encontrar productos típicos de Extremadura como el jamón ibérico, quesos, vinos, licores, aceite, miel o polen, muchos de ellos incluidos y reconocidos en su correspondiente Denominación de Origen.
Para empezar el día podemos hacerlo con unas buenas migas o con tostadas regadas con aceite de la zona. Más tarde, la caldereta de cabrito o venado, con unas entradas de ibérico (jamón, lomo, chorizo, morcón o Patatera) y quesos de la tierra constituyen un verdadera comida para seguir visitando Monfragüe.
Otros platos de igual categoría son los productos silvestres de temporada, como espárragos y setas, abundantes en la comarca. Los dulces artesanos (Doretas, hollos, huesillos y chicharrones) con variados postres y licores extremeños complementan una magnífica gastronomía tradicional, donde tampoco falta la cocina de autor, repartida por los distintos restaurantes de la zona.

ARTESANIA
Podemos encontrar artesanía de madera, trabajos en cuevas y astas de ciervo o laboriosas tareas en piel. También forman parte de la artesanía minuciosos bordados, encajes y trajes típicos, sin olvidar los trabajos de alfarería, cerámica y herrería.


AREA DE INFLUENCIA SOCIOECOMICA

Convocatorias de Ayudas en las A.I.S. de los Parques Nacionales

Centros de Interpretación, museos y otros recursos

CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD
Monfragüe es uno de los mejores sitios de bosque mediterráneo, presentando además algunos vestigios de carácter atlántico y continental. Los cursos de los ríos Tajo y Tiétar forman el eje articulador del parque, encajado en una estrecha garganta, entre dos alineaciones de sierras de cuarcitas y pizarras.
De estas características bióticas y abióticas deriva la gran variedad de ecosistemas que conforman el Parque y su entorno, lo que junto a su buen estado de conservación, hacen que su principal característica sea su biodiversidad.
Así, además de los característicos encinares, alcornocales, madroñales, jarales y brezales, aparecen también otros enclaves con especies caducifolias como quejigos, arces en las laderas de umbría, o bien fresnos y alisos en los sotos de ríos y arroyos.
Los rasgos biogeográficos de este territorio, junto con la variedad de la estructura y composición de las comunidades vegetales y el poco  grado de intervención antrópica, favorecen el mantenimiento de numerosas especies de la fauna, gravemente amenazadas en su área de distribución, pero que gozan en este área de una excepcional representación; son especies de gran importancia para la preservación de la diversidad genética propia del Mediterráneo.
Entre estas especies destacan por su interés científico, singularidad y vulnerabilidad el águila imperial ibérica, el buitre negro, la cigüeña negra y el lince ibérico.
Monasterio
Bordeando el Parque se encuentra la dehesa, ecosistema modelado por la mano del hombre, y ejemplo de equilibrio hombre-naturaleza. Es aquí donde las grullas, venados y jabalíes, cigüeñas y garcillas, se alimentan junto al ganado que pasta el rico alimento sombreado por encinas y alcornoques. Sobrevolando la dehesa veremos a las grandes rapaces que, junto al ganado que pasta el rico alimento sombreado por encinas y alcornoques. Sobrevolando la dehesa veremos a las grandes rapaces que, junto a pequeños pajarillos, se alimentan de sus productos.

CONCLUSION

Para nosotros el Parque Nacional Monfragüe ha sido un sitio maravilloso tanto por su variada flora y sus animales. Gracias a este trabajo hemos aprendido muchas cosas de este Parque y sus tradiciones tan especiales. Esperamos ir algún día a este Parque.

BIBLIOGRAFIA
Ø     http://www.magrama.gob.es/es/red-parques-nacionales/nuestros-parques/monfrague/visita-virtual/flora/Enebro.aspx
Ø     https://es.wikipedia.org/wiki/Parque_nacional_de_Monfrag%C3%BCe

Ø     http://parquenacionalespana.webnode.es/
Trabajo realizado por ALBERTO BAZACO y PABLO DÍEZ

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